martes, 22 de mayo de 2007




La video-instalación consta de una triple proyección a partir de un estado mental en pleno trance caótico.

Un estado mental de caos por la que toda persona pasa justo en el momento que ha de tomar una decisión sea cual sea.

Una duda basada en la incapacidad personal al verse fragil ante una situación o problema , por falta de decisión. Un sentimiento de inseguridad que recorre el cuerpo , como si de un escalofrio se tratase .
Cada una de las proyecciones representan o metaforizan una fase dentro de la irracionalidad .









Un estado de trance en el que los pensamientos y una tormenta de valoraciones positivas y negativas que se ve influidas por nuestros impulsos por un lado y por los condicionamientos sociales a los que nos vemos sometidos asumiendo completamente nuestra total libertad de la cual somos prisioneros.
La duda ante la indecisión es el objetivo a representar, un estado de inseguridad. Una duda que por momentos hace sentir al humano mejor o peor, un estado de seguridad y de valoración personal, frente a la indecisión que condiciona en su totalidad el ego personal


La video-instalación esta pensada para ser proyectada en un recinto cuadrado, una sala oscura, tres paredes, una para cada video-proyección.
En el suelo de la habitación un panel táctil ( pisable ) de 3x3m con nueve casillas independientes unas de otras y cada una de ellas con sensores capaces de activar a modo de mando a distancia cada una de las proyecciones, como si de un panel de maquina tragaperras se tratase.

La iluminación tenue o muy escasa, tan sólo para iluminar el panel del suelo, que el espectador cuando entra en la sala lo viese provocandole curiosidad y tuviese que acercarse para saber de que se trata …..
El audio proveniente de arriba, altavoces colocados en cada una de las esquinas o ángulos rectos formados por las intersecciones de las paredes .







El primero representado a través de una visión positiva de la vida influida por un estado de ánimo optimista invadido por la felicidad en total ausencia de dolor. Un estado de seguridad personal, en el que el humano no siente la necesidad de sentirse valorado bajo ningún concepto no siente dolor alguno entendido como causante de pensamientos negativos que encierran la mente y sumen al individuo en una espiral sin salida, un laberinto de pensamientos del que no sabe salir entrando así en un estado de caos.








Una segunda representación mediante el grito, una materialización de ese trance caótico en dónde los pensamientos y las posibles decisiones a tomar son tantas que no se tiene clara ninguna. Una fase estresante en la cual no se sabe que hacer ni como salir. Las valoraciones son muchas y fluyen rápidamente, se trata de un estado de inseguridad personal que invade al ser y se ve condicionado por las valoraciones y los juicios ajenos, es decir un estado de clímax, una lucha entre el bien y el mal, los pros y los contra, hasta que se consigue encontrar la solución.







La tercera representación esta basada en una fase en la que la mente del ser pasa por todo lo contrario a la primera fase. Así como en la primera se deja llevar por lo que le pide el cuerpo por aquello que mas le apetece hacer sin pensar en las posibles consecuencias, o por el contrario se somete a un juicio personal donde uno mismo no se gusta o no se siente identificado con lo que realmente quiere, se trata así pues de una negación de aquello con lo que se siente identificado.